La lectura y la escritura en el nivel inicial

lunes, 8 de julio de 2013


Por: Rocío Fanny Paredes Núñez, Educadora de nivel inicial

Al recordar un año más de la creación del primer jardín de infancia en el Perú, como maestras del nivel inicial, debe ser este momento para reflexionar: qué se debe leer y escribir en nuestro nivel. No se trata de que niños y niñas hagan planas, grafías secuenciadas, palabras o frases cortas, es decir realizar un trabajo mecanizado y sin sentido de comunicación.

Debemos tener en consideración que el área de comunicación se sustenta en el enfoque comunicativo textual, porque la función principal del lenguaje oral o escrito, es comunicarse con sentido, en situaciones auténticas, haciendo uso de temas significativos e interlocutores reales y con utilidad de comunicación.

Dentro de este enfoque, leer es comprender, para lo cual el niño y la niña desarrollan una intensa actividad de búsqueda del sentido del texto, utilizando para construirlo, distintos procesos mentales y coordinando todo tipo de indicios (contexto, tipo de texto, título, imágenes, palabras, etc.).Iniciando el proceso de leer comprendiendo y de intentar leer por sí mismos.


Escribir, desde el enfoque comunicativo textual, es producir textos con intencionalidad y destinatarios reales, es decir usar la escritura de la manera en que ellos creen que se escribe, para comunicar sus ideas, como proceso de alfabetización aunque no hayan logrado aún la convencionalidad del sistema alfabético.

Durante el periodo de desarrollo infantil en el cual se inicia la enseñanza de la lectura y escritura, la maestra deberá considerar las características de los niños y utilizar estrategias de enseñanza que se apoyen en el juego para activar la motivación, el desarrollo perceptivo visual, auditivo y espacial, la memoria y la atención.

De esta manera se activará su desarrollo cognitivo, fortaleciendo así el aprendizaje adecuado de la lectura y escritura, considerando también de suma importancia la mediación de los adultos y el medio alfabetizado que les rodea, tanto en el hogar, la escuela y la comunidad.

Si las maestras brindamos experiencias o situaciones en las que el niño o la niña se relacionen con el lenguaje escrito de manera significativa, podremos apreciar un proceso espontáneo de su aprendizaje, el tránsito por los diferentes niveles de escritura (Ferreiro y Teberosky, 1979) teniendo en cuenta que no se espera que los niños del nivel inicial lleguen a un nivel de escritura específico.

El conocimiento y comprensión del proceso nos servirá para orientar mejor hacia dónde debemos llevar a nuestros niños y niñas, garantizando que la propuesta de actividades responda a sus posibilidades y ritmos.

El permitir que el niño dibuje, escriba su nombre en sus producciones, que dicte
o escriba una carta a su amiguito, que haga pictogramas, que vea cómo la maestra escribe listas de materiales para una actividad a realizar, que elabore su disfraz a partir de un texto instructivo, que escriba la invitación para que sus padres participen en una gimkana en la institución educativa, que lean un texto para elaborar un juguete o ejecutar un juego... son oportunidades de leer y escribir en situaciones reales de comunicación como se hace en la vida cotidiana, las cuales permitirán aproximar a niñas y niños al saber leer y escribir real.

Maestras jardineras, trabajemos por un solo ideal: lograr capacidades en nuestros niños y niñas, para que se conviertan en lectores competentes y habituales, así como en productores de textos.

Colegas cambiemos la educación, cambiemos todos

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